Etapa junior: a partir del año
El período de 1 a 3 años de vida puede ser considerado como la de transición entre la papilla de bebé a la alimentación del día a día junto con su familia. Se prepararán recetas más parecidas a las que consumen los adultos, estimulando su participación en las comidas junto a los padres y hermanos mayores.
Hacia el primer año de vida, el bebé comienza a asumir la iniciativa en la selección de los alimentos y en la forma en que desea ser alimentado. La cantidad de alimentos que consume puede ser muy variable: grande en ocasiones, pero mínima en otras. Es importante recordar que los niños ingieren las cantidades de alimento que necesitan para satisfacer sus necesidad energéticas; por lo tanto, cuando un niño no quiere seguir comiendo es porque no tiene hambre y no necesita más alimento. No hay que preocuparse. Si el pediatra confirma que el niño crece a un ritmo normal para su edad, significa que está comiendo lo suficiente.
Es conveniente sí que para esta altura el niño reconozca que existen horarios de comidas establecidos y no que coma cuando él quiera. Deben aprovecharse aquellos momentos que se sienta a la mesa con apetito para ofrecerle comidas nutritivas y no dar alimentos al niño de baja calidad nutricional que le quiten el apetito e interfieran con la ingesta de las comidas saludables. Incluir en el plato una porción de carne, algún cereal o papa o batata y verduras.
Se les debe ofrecer una alimentación tan variada como sea posible y alentarlos a que tomen contacto con alimentos de diferentes sabores, colores y consistencias, con el fin de lograr un aporte nutricional adecuado.
Es frecuente que los niños se rehusen a consumir verduras y frutas. A continuación te damos algunas sugerencias que pueden resultarte útiles:
- Mezclar las verduras en preparaciones que acepta tu hijo como salsas (agregar por ejemplo zanahoria rallada a la salsa de tomate), purés (agregar calabaza y zanahoria al puré de papa), rellenos para pastas (mezclar espinaca en una pasta rellena con ricota o carne picada), budines que para que resulten más apetecibles pueden prepararse con salsa blanca, etc.
- Cortar las verduras con formas divertidas, por ejemplo las zanahorias pueden transformarse en florcitas, los pimientos en corazones, calabazas en cubitos, zapallitos largos en rueditas.
- Si rechaza las verduras y le gustan más las frutas, otra alternativa es integrarlas a las preparaciones, proveyendo de esta forma las vitaminas y minerales: Acompañar las carnes con puré de manzana; mezclar duraznos con una crema de choclo y rellenar calabacitas; cortar cubitos de melón, mezclarlos con Queso Mendicrim (original) y tiritas de jamón cocido, etc.
A medida que progrese en su maduración se irán incluyendo además verduras crudas.
Se evitarán:
- Chocolates, caramelos y otras golosinas. Se les deben ofrecer estos alimentos de forma esporádica.
- Picantes, que pueden ser irritantes.
- Embutidos, que son alimentos de baja densidad nutricional, no contienen hierro como las carnes, ni tampoco el mismo contenido proteico y por supuesto contiene mayor cantidad de grasas y sal.
- Los cuerpos esféricos, como las arvejas, los granos de choclo, confites, maníes, etc. deben evitarse para disminuir el riesgo de que se ahogue.
- Las frituras también deben hacerse esporádicamente y preparadas de manera saludable.
¿Cómo obtener una fritura saludable?
Calentar abundante aceite de primer uso en una cacerola o sartén profunda, luego sumergir el alimento haciendo que este quede totalmente cubierto por el aceite. El aceite no debe estar demasiado caliente ya que quemará el alimento y además puede resultar más indigesto. Freír cuando el aceite no está lo suficientemente caliente tampoco es recomendable ya que resultará una preparación más grasosa.
Recomendaciones para los padres
- No manejar el alimento como premio o castigo.
- Recordar que los bebés no siempre lloran por hambre, los bebés tienen otras necesidades además de comer.
- Los alimentos nunca deben convertirse en premio o castigo de la conducta de los hijos.
- No demostrar amor a los hijos sobrealimentándolos.
Estrategias para prevenir la obesidad
- Mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.
- Evitar el agregado de azúcar, miel, jaleas, etc. a las comidas.
- Aceptar la capacidad de los niños para regular su consumo de alimentos, y no insistirles para que terminen el plato servido.
- Asegurar la ingesta de vitaminas y minerales necesaria para promover un crecimiento óptimo, brindando al niño la mayor variedad de alimentos posible: carnes, huevos, cereales, lácteos, vegetales y frutas.
- Dejar al niño jugar libremente, minimizando el tiempo que pase quieto mirando televisión.
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