viernes, 8 de marzo de 2013

Cuarta etapa del bebe 

Etapa junior: a partir del año

El período de 1 a 3 años de vida puede ser considerado como la de transición entre la papilla de bebé a la alimentación del día a día junto con su familia. Se prepararán recetas más parecidas a las que consumen los adultos, estimulando su participación en las comidas junto a los padres y hermanos mayores.
Hacia el primer año de vida, el bebé comienza a asumir la iniciativa en la selección de los alimentos y en la forma en que desea ser alimentado. La cantidad de alimentos que consume puede ser muy variable: grande en ocasiones, pero mínima en otras. Es importante recordar que los niños ingieren las cantidades de alimento que necesitan para satisfacer sus necesidad energéticas; por lo tanto, cuando un niño no quiere seguir comiendo es porque no tiene hambre y no necesita más alimento. No hay que preocuparse. Si el pediatra confirma que el niño crece a un ritmo normal para su edad, significa que está comiendo lo suficiente.
Es conveniente sí que para esta altura el niño reconozca que existen horarios de comidas establecidos y no que coma cuando él quiera. Deben aprovecharse aquellos momentos que se sienta a la mesa con apetito para ofrecerle comidas nutritivas y no dar alimentos al niño de baja calidad nutricional que le quiten el apetito e interfieran con la ingesta de las comidas saludables. Incluir en el plato una porción de carne, algún cereal o papa o batata y verduras.
Se les debe ofrecer una alimentación tan variada como sea posible y alentarlos a que tomen contacto con alimentos de diferentes sabores, colores y consistencias, con el fin de lograr un aporte nutricional adecuado.
Es frecuente que los niños se rehusen a consumir verduras y frutas. A continuación te damos algunas sugerencias que pueden resultarte útiles:
  1. Mezclar las verduras en preparaciones que acepta tu hijo como salsas (agregar por ejemplo zanahoria rallada a la salsa de tomate), purés (agregar calabaza y zanahoria al puré de papa), rellenos para pastas (mezclar espinaca en una pasta rellena con ricota o carne picada), budines que para que resulten más apetecibles pueden prepararse con salsa blanca, etc.
  2. Cortar las verduras con formas divertidas, por ejemplo las zanahorias pueden transformarse en florcitas, los pimientos en corazones, calabazas en cubitos, zapallitos largos en rueditas.
  3. Si rechaza las verduras y le gustan más las frutas, otra alternativa es integrarlas a las preparaciones, proveyendo de esta forma las vitaminas y minerales: Acompañar las carnes con puré de manzana; mezclar duraznos con una crema de choclo y rellenar calabacitas; cortar cubitos de melón, mezclarlos con Queso Mendicrim (original) y tiritas de jamón cocido, etc.
A medida que progrese en su maduración se irán incluyendo además verduras crudas.
Se evitarán:
  1. Chocolates, caramelos y otras golosinas. Se les deben ofrecer estos alimentos de forma esporádica.
  2. Picantes, que pueden ser irritantes.
  3. Embutidos, que son alimentos de baja densidad nutricional, no contienen hierro como las carnes, ni tampoco el mismo contenido proteico y por supuesto contiene mayor cantidad de grasas y sal.
  4. Los cuerpos esféricos, como las arvejas, los granos de choclo, confites, maníes, etc. deben evitarse para disminuir el riesgo de que se ahogue.
  5. Las frituras también deben hacerse esporádicamente y preparadas de manera saludable.

¿Cómo obtener una fritura saludable?

Calentar abundante aceite de primer uso en una cacerola o sartén profunda, luego sumergir el alimento haciendo que este quede totalmente cubierto por el aceite. El aceite no debe estar demasiado caliente ya que quemará el alimento y además puede resultar más indigesto. Freír cuando el aceite no está lo suficientemente caliente tampoco es recomendable ya que resultará una preparación más grasosa.

Recomendaciones para los padres

  1. No manejar el alimento como premio o castigo.
  2. Recordar que los bebés no siempre lloran por hambre, los bebés tienen otras necesidades además de comer.
  3. Los alimentos nunca deben convertirse en premio o castigo de la conducta de los hijos.
  4. No demostrar amor a los hijos sobrealimentándolos.

Estrategias para prevenir la obesidad

  1. Mantener la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses.
  2. Evitar el agregado de azúcar, miel, jaleas, etc. a las comidas.
  3. Aceptar la capacidad de los niños para regular su consumo de alimentos, y no insistirles para que terminen el plato servido.
  4. Asegurar la ingesta de vitaminas y minerales necesaria para promover un crecimiento óptimo, brindando al niño la mayor variedad de alimentos posible: carnes, huevos, cereales, lácteos, vegetales y frutas.
  5. Dejar al niño jugar libremente, minimizando el tiempo que pase quieto mirando televisión.

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